¿LEVANTAS LA MIRADA?
“Cuando Jesús alzó la vista y vio una gran multitud que venía hacia él, le dijo a Felipe: ¿Dónde vamos a comprar pan para que coma esta gente?” Juan 6:5 (NVI)
Alzar
Hay jugadores de futbol que son diferentes, que se destacan. Son aquellos que arman el juego, que dan el pase justo, que tiene el tiempo para esperar o acelerar la jugada, que colaboran con el gol. Son especiales porque siempre juegan con la cabeza levantada, mirando todo el partido.
Siempre me gustó esta historia. Jesucristo convocaba a miles de personas. En una época sin internet ni diario, donde solo había comunicación boca a boca, la convocatoria de Cristo era admirable. En pueblos donde había 400 personas, Cristo convocaba a miles. Nadie tenía semejante poder de atracción.
Los discípulos se estaban acostumbrando a la notoriedad y a la fama, y acompañaban al Maestro. Cristo estaba hablando, ayudando y sanando. Y se juntó una multitud. Estaban en una colina y todos escuchaban lo que decía. Es increíble pensar que al aire libre, sin equipos de sonido, ni pantallas gigantes Jesucristo captaba la atención de ¿15.000 personas? sin tener un powerpoint o luces. ¡Un genio!
Tanto atraía que las horas pasaban y cuando declinaba la tarde Juan rescata este momento y lo escribe. "Jesús alzó la vista y vio una gran multitud". Ya la había visto antes, le estuvo hablando toda la tarde. No es que se dio cuenta en ese momento. Todos eran conscientes de la cantidad de gente que había. Lo que Juan quiere destacar es que Jesucristo alzó la mirada y vio una necesidad. Miró con ojos de compasión.
Solo después de haber visto, es que realiza el increíble milagro de la multiplicación de los panes y los peces. En medio de la fama, del estrés de la enseñanza, de los reclamos de los enfermos, de los celos de los discípulos, Jesucristo tiene tiempo e interés para levantar la mirada y ver otra necesidad.
Podía haberse hecho el distraído, y nadie hubiera cuestionado. Era más cómodo no hacer nada, menos conflicto, menos problema. Pero Jesucristo nos enseña una lección memorable.
Nosotros que estamos de alguna manera trabajando en la Iglesia; solo los que son distintos, los que marcan la diferencia, los jugadores diferentes, los que se destacan levantan la cabeza y alzan la vista. Son los que pueden ver la necesidad y suplirla. Los que rechazan la comodidad, los que enfrentan los conflictos, los que aceptan el desafío de marcar la diferencia.
REFLEXIÓN – ¿Levantás la mirada?
Un gran abrazo y bendiciones
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